La ciudad de Rochefort-Montagne está situada en el límite norte del complejo volcánico de Monts Dore y al final de un profundo valle dominado por las rocas Tuilière y Sanadoire.
La historia del pueblo de Rochefort-Montagne
Fue entre los siglos XI y XV cuando la ciudad de Rochefort-Montagne se organizó en torno a la roca fortificada (château des Dauphins d'Auvergne), de ahí el origen de su nombre "roche-fort" (hoy solo queda parte de la torre ). La ciudad se convirtió en un lugar de comercio activo, que experimentó su expansión con la construcción del camino real Clermont-Aurillac en el siglo XVIII y la llegada del ferrocarril.
Fue entonces cuando la ganadería ovina y caprina prevaleció sobre los cultivos y Rochefort-Montagne se convirtió en una gran ciudad comercial animada por numerosas ferias de ganado. La construcción de la sala data de principios del siglo XIX y en la década de 19 albergó un importante mercado.
La iglesia de Rochefort-Montagne
La iglesia actual, moderna, de estilo neorrománico, está situada a los pies de la loma del castillo. La antigua iglesia fue un anexo a la de Saint-Martin de Tours (pueblo vecino) hasta la Revolución. Reconstruida en la segunda mitad del siglo XIX, la fachada oeste y el campanario son de andesita, los otros muros de escombros revestidos. En el interior hay un altar decorado con el tetramorfo (símbolo de los cuatro evangelistas): toro de San Lucas, león de San Marcos, águila de San Juan y ángel de San Mateo. El monumento a los muertos construido en la década de 19 es especial: representa a una mujer. Es obra de Mabrut, un famoso escultor de la región.
El pueblo de San Martín de Tours
El pueblo de Saint Martin de Tours, también ubicado en el municipio de Rochefort-Montagne, tiene una bonita iglesia románica, una de las últimas en estar rodeada por un cementerio (un decreto de 1904 ordenó el traslado de este aquí en las afueras de las ciudades para un mejor saneamiento).
Durante mucho tiempo, Saint-Martin de Tours fue un lugar de peregrinación. Los febriles acudían a acostarse sobre una lápida adornada con las insignias del Episcopado para obtener la curación.
Senderismo
Muchas excursiones parten del pueblo y permiten, entre otras cosas, descubrir el valle de la Chausse o acceder a la roca suelta de Orcival, disfrutando de magníficos miradores y cruzando algunas aldeas del pueblo.
Un camino educativo en el corazón del pueblo, ofrece durante todo el año a las familias con niños pequeños una verdadera miniaventura gratuita al aire libre.
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